Sevilla es una ciudad milenaria. A través de las distintas edades de la civilización numerosas culturas han dejado su impronta en la mítica Hispalis. Es fácil perderse por sus calles y admirar su monumentos más conocidos: la Giralda, la Torre del Oro, el Puente de Triana… Sin embargo, una ciudad con tanta historia a sus espaldas tiene mucho más que contar. Anécdotas que trascienden la historia hasta convertirse en leyendas muy conocidas por los sevillanos y que suponen un reclamo interesante para turistas y visitantes que se alojen en un hotel en Sevilla. Pongamos aquí algunos ejemplos de estas tradiciones y leyendas.
Abenamar y Sevilla. Abenamar era consejero del Almotamid, Rey taifa de Sevilla a durante el sigo XI. Abenamar fue enviado a hablar con el Rey D. Alfonso VI, que se encontraba en plena expansión conquistando los reinos taifas. Abenamar desafió a Alfonso VI a jugar al ajedrez apostando dos granos de trigo por la primera casilla del tablero, cuatro por la segunda, ocho por la tercera y así de forma exponencial.
Abenamar ganó la partida de ajedrez y cuando Alfonso VI comenzó a hacer el cálculo se dio cuenta de que no había trigo suficiente en toda Castilla para pagar su deuda. Abenamar le perdonaría la deuda a Alfonso VI si retiraba sus tropas de las tierras de Almotamid, y aunque fuera de mala gana, el rey castellano aceptó el trato y su ejército retrocedió esa vez.
El lagarto de la catedral. En el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla se encuentra colgado un cocodrilo de tamaño natural. En el siglo XIII el sultán de Egipto envió al rey Alfonso X el Sabio varios presentes entre los cuales se encontraba un cocodrilo del Nilo. Tras la muerte del animal, este fue disecado y colgado en el Patio de los Naranjos. Sin embargo, el cocodrilo actual es una réplica de madera tallada por un autor desconocido. Popularmente se le conoce como el «lagarto de la catedral» y despierta una gran curiosidad entre todos los visitantes al templo.
El Cachorro. En el barrio de Triana residía un gitano conocido como «Cachorro». Un payo sospechaba que su mujer y Cachorro cometían adulterio (aunque posteriormente la justicia demostró que no). Sin embargo, cegado por los celos, un noche el payo le esperó oculto y le asestó siete puñaladas que le provocaron la muerte.
El escultor Francisco Ruiz Gijón presenció el suceso y la agonía del gitano Cachorro. La impresión que le causó su mirada y su rostro en el momento de su muerte le inspiraron posteriormente para plasmar esa expresión de dolor y sufrimiento en el Cristo que estaba tallando en aquellos días.
Hay muchos rincones por visitar y muchas historias por conocer en la capital hispalense. Lo mejor es planificar una escapada a la ciudad y buscar un buen hotel 4 estrellas en Sevilla.