Es curioso que una ciudad tan cálida como Sevilla acoja de la mejor manera a la festividad más fría. Hablando de temperaturas y no de temperamento, porque de calidez van ambas bien servidas. Y es quizá por eso, porque Sevilla es como ese abrazo que te da tu madre al llegar a la estación un 24 de diciembre, por lo que ambas forman tan perfecta combinación.

Pasea por la Avenida de la Constitución, déjate cegar por las luces infinitas y dirígete después hacia Las Setas. Al caer la noche, entre el 19 de diciembre y el 5 de enero, el icónico mirador albergará un auténtico espectáculo circense en 4D; por si fuera poco, y durante el mismo periodo de tiempo, en la fachada principal del Palacio de San Telmo se proyectarán impactantes imágenes e ilusiones ópticas en tres dimensiones.
Si vas con niños, quizá prefieras llevarlos a patinar a una Plaza de San Francisco convertida en pista de hielo. Se podrá ver nevar sobre los abetos y creerás, por un instante, que estás en Nueva York en vez de en una ciudad que en agosto alcanza los cuarenta y cinco grados.
Pero en lo novedoso también tiene cabida lo clásico, y la Feria del Belén seguirá junto al Archivo de Indias. Si aún no has acabado de montar el tuyo, allí encontrarás hasta ese último detalle en el que ni siquiera habías pensado (y de paso te impregnarás de ese olor tan bonito que siempre ha tenido la época).
Todo ello y mucho más, forma parte del programa «Alumbra», que no es más que el nombre que Sevilla ha querido darle al relato que hace este año de la Navidad. Un relato hecho para soñar, para leerlo cada vez que necesites un poquito más de luz.
Si estás pensando en disfrutar de una estancia en Sevilla durante las vacaciones de Navidad te proponemos alojarte en Hotel Ribera de Triana, el hotel de Sevilla a orillas del río Guadalquivir.